RESIDENTE
…cierro los ojos para contener las lágrimas. Al volver a abrir los ojos, observo lo que estoy sintiendo reflejado en la cara de mi nueva amiga. Continúa leyendo RESIDENTE
…cierro los ojos para contener las lágrimas. Al volver a abrir los ojos, observo lo que estoy sintiendo reflejado en la cara de mi nueva amiga. Continúa leyendo RESIDENTE
En una cálida noche de verano me encuentro rodeada de monumentos vivientes alegóricos a la historia de mi vida. Con la llegada a la predecible cena, me sorprenden miradas pícaras y caras familiares, procedentes de múltiples códigos postales. Entonces, con un golpe de adrenalina mi corazón se siente pleno, se me pierden las palabras y la euforia me hace gritarle vituperios a las amigas de mi vida.
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Desde niña, en mi familia los cumpleaños son importantísimos. Durante toda mi vida, Doña Julia se ha encargado de levantarnos al son de las Las Mañanitas.
La idea de una gran fiesta de niños con muchos regalos e invitados, es decididamente inexacta. En los años de las “vacas flacas”, mi celebración de cumpleaños se limitaba a una postal y a una barra de chocolate » Snickers».
En tiempo de abundancia, la fiesta era lo que llamamos en el argot puertorriqueño como un “apaga y vete”. Leer más