Mi viaje de fuerza en la mediana edad
“Stronger NOT Skinnier! “ (☑️ Click for English Version)
Me lo repito una y otra vez. Como un mantra. Una meditación que me digo cuando la mente se me pone ruidosa. Ahora, en mis 50s, volví a entrenar fuerte, a comer lo mejor posible especialmente aumentando mi consumo de proteínas. Y la cantidad de suplementos que tengo en mi gabinetito dedicado…un fisiculturista lloraría de emoción.

La gente que suda conmigo, se ríe conmigo y me empuja a llegar a niveles que jamás pensé alcanzar. Esta foto guarda la energía que me sostiene. Fuerza que se construye en comunidad, confianza que se levanta repetición por repetición y el recordatorio de que una mujer se vuelve poderosa cuando escucha su propia voz.
Estoy encantada con mis compañeras del gym y la comunidad que hemos formado. Duermo muchísimo mejor cuando entreno. Pero la verdad, la que casi nunca digo, es que no entreno solo por diversión, fuerza o simple vanidad. Entreno porque me da un miedo real volverme frágil. La fragilidad me persigue. En los últimos cinco años he sido testigo, apoyo o cuidadora en mínimo cinco cirugías de reemplazo total de rodilla entre cinco miembros de mi familia. Tra-u-má-ti-co. Eso me sacudió. Y decidí que yo iba a hacer todo lo humanamente posible para mantener mi cuerpo FUERTE por el mayor tiempo posible.
Y mira qué cosa… la ciencia me da la razón.
Lo que dice la Ciencia
Los estudios dicen que el entrenamiento de fuerza no solo cambia el cuerpo, también cambia cómo nos sentimos dentro de ese cuerpo. El Women’s Sports & Physical Activity Journal dice que:
“El entrenamiento de fuerza está consistentemente asociado con mayor satisfacción corporal y más autoestima física en las mujeres.”
Otro estudio del 2025 encontró que levantar pesas reduce justo esas inseguridades que nos torturan, señalando que el entrenamiento de resistencia disminuye:
“la vergüenza, la culpa, la envidia y la incomodidad relacionadas con la apariencia, mientras aumenta el orgullo.”
Y para las mujeres como yo en esta etapa de mediana edad, el músculo no es vanidad… es medicina.
El Hospital for Special Surgery explica que:
“El entrenamiento de fuerza es una de las maneras más efectivas para que las mujeres mantengan densidad ósea, mejores articulaciones y calidad de vida a medida que envejecen.”
Así que entrené fuerte. Me reté. Aumenté peso.
Seis Años de Trabajo Constante
Después de más de seis años con mejor nutrición, durmiendo mejor, ejercicio consistente y las maravillas del tratamiento de reemplazo de hormonas (HRT)… mi cuerpo de cincuenta y pico está agradecido. Está mostrando los resultados de la disciplina, de los cambios al estilo de vida, del cariño que me di incluso en los días flojitos. Ahora cargo cosas pesadas sin ayuda y no hay botella o envase que no pueda abrir. Hasta sentadillas hice cargando en peso a una amiga.
Llegó la primera semana de noviembre, el evento para el que me preparo todos los años. Marca el cierre de una temporada eterna de béisbol y el inicio de un descanso merecido. Y este año me fajé. Comí los vegetales, subí las proteínas, le di duro a la creatina y escogí “el vestido”. Nuestro Rat Pack puertorriqueño la pasó brutal en la Gran Manzana.
El Momento que me Sacudió
Tomé un montón de fotos para guardar los recuerdos.
Pero cuando llegaron las fotos posadas…
Ay Dios mío. Me quedé en “shock”.

Esta vez capturó mi fuerza.
me Y aunque al principio me dio inseguridad, ahora solo veo poder.
(Foto cortesía de Hechler Photographers)
No me encantó lo que estaba viendo. Incluso dudé si subir la foto.
Me veía “muy fuerte, muy musculosa”.
Pasaron varios días y entonces caí en cuenta:
¿Cuándo Rayos vamos a Dejar de Juzgarnos?
Si estoy muy gorda, muy flaca, muy alta, muy brillosa, muy musculosa.
Siempre “muy” algo.

Reflexión Final
¿Y cuándo finalmente vamos a decir un simple, poderoso y merecido…
“¡Mira qué bien me veo!”
Porque te lo has ganado, porque te lo has trabajado, porque no necesitas la validación de nadie para sentirte empoderada.
Esto no es un “thirst trap”. No estoy pescando halagos.
Esto es una reflexión.
Un recordatorio suave, pero firme:
Ámate. Celébrate. Siempre.
Y lo más importante:
Sigo aquí.
Estoy saludable.
Estoy viva.
Y al final, eso es lo que realmente importa.

Ámate. Celébrate. Siempre.
* * *
